Va de regalos

Dinos uno de los mejores regalos que te hayan hecho.

Para responder a esta cuestión que se me plantea, la respuesta fácil es decir que alguien que me regale un libro acertará seguro. Soy de esas personas que no pueden tener nunca suficientes libros y que siempre compra varios a pesar de tener otros cuantos esperando en la estantería.

Soy también una persona que aprecia mucho los detalles y los gestos que para la mayor parte de los mortales suelen pasar desapercibidos, por lo que cualquier cosita se convierte para mí en una alegría.

Pero si tuviera que elegir uno sólo de entre todos los detalles y regalos que alguna vez he recibido, sin duda me quedaría con el regalo que recibí en mi último cumpleaños de parte de varios amigos y de mis suegros: un billete de avión para ir con Monete a ver a la familia a España. Yo no tenía pensado ir, y este grupo de maravillosas personas se interesó por cuándo tenía yo vacaciones y me reservó dos billetes.

Lo que más me gustó de este regalo no fue tanto la parte material del mismo como el hecho de que se preocuparon por conseguir que viera a mi familia, y lo que me regalaron sobre todo fue tiempo. Tiempo para compartirlo con los seres queridos, que muchas veces no aprovechamos todo lo que nos gustaría hasta que resulta ser tarde. Tiempo, porque yo ya había dicho a mucha gente que no iba a ir a España en verano y realmente sí fui: si me estáis leyendo, os pido perdón, pero cuanto más tiempo pasa, más disfruto volviendo a ver a la familia los pocos días que estoy en España.

Y ya que me pongo a hablar de regalos, y sólo por restarle un punto nostálgico a estas líneas: uno de los peores regalos que me han hecho fue un vale que servía para ir a un concierto de un grupo que me gusta mucho a Australia… Y cuando me puse a investigar, resultó que ese concierto ya había tenido lugar un año antes… Así que me quedé sin concierto y sin regalo.

¿Cuál es el mejor y / o el peor regalo que os han hecho a vosotros?

Nieeeve, curvas imposibles…

Para celebrar el inicio de año y el hecho de que, estando confinados, no nos dejan hacer gran cosa, aprovechamos el fin de semana pasado para practicar deportes de invierno al aire libre.

Nos fuimos en coche a un sitio llamado Faistenau en el que hay algo llamado Snowtubing, que viene a consistir en sentarse en el centro de un donut gigante relleno de aire y tirarse por la nieve. Algo que parece divertido pero que para niños de 3 años no siempre es una buena opción. Por eso nos llevamos el trineo de mis suegros, que no sé si procede de la infancia del Cocinero alemán o de generaciones previas, y nos colocamos al lado de la pista de los donuts para probarlo por primera vez con Monete.

El primer intento fue, como siempre, un desastre. Yo también me senté en el susodicho pero, como nunca jamás en la vida había hecho algo así, creo que estaba yo más preocupada que la criatura y, al tirarnos por la pista, pasé más tiempo frenando con los pies que otra cosa.

Después de este mal comienzo, nos colocamos algo más lejos de la pista principal, en una zona con menos pendiente, y dejamos que Monete se sentara sin mí en el trineo mientras el Cocinero alemán iba tirando mediante una cuerda. Eso le gustó muchísimo más. Pero aún más divertido fue tirarse del trineo al suelo y gatear por la nieve, hacer muñecos de nieve que no tenían nada de parecido con un muñeco y arrastrarse en general por encima del elemento blanco.

Fue un acierto pleno.

Así que, si alguien quiere y puede probarlo, en este enlace podéis encontrar información sobre este sitio. Actualmente está abierto de 10:00 de la mañana a 17:00 de la tarde y no nos cobraron ningún tipo de entrada, ya que estaba al aire libre y no hicimos uso de los donuts (para tirarse por ellos sí hay distintas tarifas, en función del tiempo que se quiera utilizar, edades, si se va en grupo, etc). Asimismo, disponen de una pequeña cabaña en la que se pueden adquirir bebidas y algo de comer, aunque por culpa de la pandemia no pueden colocar bancos y mesas para sentarse; y al lado hay aseos (no acondicionados para minusválidos ni para poder cambiar a bebés).

Un día en… Chiemsee

Allá en mis años mozos (y quien dice esto dice poco después de aterrizar en Austria) al Cocinero alemán se le ocurrió llevarme a ver uno de los palacios que el rey Luis II de Baviera construyó en su época; uno de esos palacios que no tiene nada que envidiar a mi adorado castillo de los puzles (más conocido por el común de los mortales como Neuschwanstein) y que, al igual que éste, ni llegó a ser construido totalmente ni se llegó a utilizar a largo plazo.

Estoy hablando del Schloss Herrenchiemsee, del que ya os hablé en su momento cuando fui a visitarlo en pleno invierno.

En este caso os quiero ofrecer una imagen distinta: parte de la familia vino hace un tiempo a visitarme por primera vez y, como carecíamos de coche, mi suegro se ofreció muy buenamente a llevarnos a todos al lago Chiemsee para

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La excursión del mes. Mayo de 2017

Un día de mayo el Cocinero alemán y yo nos levantamos, como cada mañana. Desayunamos. Vimos un rato la tele. Y, de repente, sin anestesia ni nada, me dijo: hoy vamos a ver a mis padres y tú conduces.

¿¿¿¿¿QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ????? ¿Que yo… qué?

A mí así no, hombre. Esto se avisa. A ser posible con semanas de antelación, que yo me lo apunte en la agenda. Que en mi estado no puedo tomar medicamentos y yo sin tomarme una pastilla no soy capaz de conducir, los nervios me pueden.

La última vez que conduje un coche fue el 5 de marzo de 2016, y aquel día, sin valeriana, no salió la cosa como yo me imaginaba, por lo que mi subconsciente me tenía prohibido volver a sentarme delante de un volante. Y menos ahora que el coche tiene seis meses de vida.

La historia de ese día de mayo de conducción impuesta, no obstante, transcurrió así: Sigue leyendo

Bodas, bautizos y comuniones

Austria y el sur de Alemania (es decir, la región de Baviera, conocida en alemán como Bayern) son zonas mayoritariamente católicas… y practicantes. Este aspecto me asombraba al principio teniendo en cuenta que hay muchas casas en las que se pueden ver figuras de santos, que hay mucha gente que reza, que es muy habitual ir a la iglesia y que durante las ceremonias, parece que todo el mundo sabe lo que hay que decir o cantar a continuación… Menos yo, claro, que me quedo como una tonta mirando de reojo al resto de la gente y activando la parabólica a ver si entiendo lo que están diciendo, con resultados negativos en la mayoría de los casos.

El hecho de que aquí sean católicos no quiere, sin embargo, decir que sus tradiciones y ceremonias sean exactamente iguales a las nuestras. Cada vez que voy a alguna de ellas me encuentro con la pregunta de: «¿Pero en España la ceremonia se hace igual que aquí, no?». Y, cuando les respondo que no siempre, la siguiente pregunta suele ser: «¿Pero sois católicos, no?». Sí, señora, pero católicos hay por todo el mundo y eso no significa que en todas partes se hagan las cosas de la misma manera. Depende de las tradiciones de cada sitio.

Siempre que tengo la oportunidad de asistir a algún acto que no había visto antes, trato de acordarme de todo para poder hablar de ello después, ya que hay quien siempre me pregunta. Sigue leyendo

Austria vista desde fuera. Segunda parte

Sigamos con la lista de cosas curiosas que se puede encontrar uno al llegar por primera vez a Austria.

5.La puntualidad, los horarios y la hora.

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Los austriacos son, tal como se cree, muy puntuales. Ellos, sus trenes, las horas a las que se puede hacer tal o cual cosa o a las que se abren los comercios. También los hay que no cumplen esta regla y llegan tarde a todas partes, pero no son la mayoría.

Suele sorprender a todos los turistas Sigue leyendo

Un Krampus, dos Krampusse, tres Krampusse

¿Qué día es hoy?

Sábado – diría una de mis compañeras de trabajo.

No, pero, ¿qué más?

¡Pues el día en que por fin San Nicolás y los Krampusse visitan a los niños y les traen un regalito! Yo no he recibido la visita de ningún ser legendario o religioso, pero puede tener algo que ver con el hecho de que yo misma no he estado hoy en casa, que es a donde van ellos… Sin embargo, sí he recibido un detallito: Sigue leyendo

Luces… Escalpelo… ¡Corten!

Mi dentista española ya me había hecho pasar en más de una ocasión por esa etapa de la vida tan poco agradable a la que el ser humano denomina «operación». Sin embargo, en aquellos casos se trató simplemente de sacar una serie de dientes y muelas para poder hacer hueco a las nuevas generaciones. Y ya está. Tras cada intervención, hielo en una bolsa y directa a casa a tumbarme al sofá y relajarme hasta quedar dormida.

La historia que os presento hoy es ligeramente distinta…

Érase un día del mes de mayo en que me levanté por la mañana y noté una molestia en la parte trasera de un hombro. Sigue leyendo