Cómo tramitar y renovar el DNI de mi hijo español estando en Austria

Para poder realizar este trámite es importante que el niño ya esté inscrito en el registro de residentes de la Embajada; si se tratara de un caso urgente tipo «hemos perdido / nos han robado la documentación del menor y no podemos volver de nuestro viaje» o algo así, yo recomendaría contactar con la policía y con la embajada (o consulado, en su caso) directamente.

Bien, dicho esto es preciso aclarar que los niños de hasta 12 años pueden llevar a cabo este trámite en el Consulado; para niños que superen esa edad y adultos será preciso acudir a la Embajada, pero eso es algo de lo que ya he hablado en otro lugar.

Lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con el Consulado o Embajada (dependiendo de la edad del menor y de qué nos quede más cerca) para concertar una cita. Si vamos a acudir al Consulado, será necesario comunicar esta decisión igualmente a la Embajada, para que remitan el expediente correspondiente al Consulado y que desde allí puedan llevar a cabo el trámite.

Una vez iniciado el proceso, debemos reunir y aportar los siguientes documentos cuando acudamos a nuestra cita:

  • Dos copias del consentimiento para la expedición del pasaporte de un menor, cada una de ellas rellenada y firmada por uno de los progenitores.
  • DNI o pasaporte en original y fotocopia. Yo suelo llevar la fotocopia de los documentos de nosotros tres.
  • Una foto del menor.
  • Fotocopia del resguardo de pago del pasaporte a nombre y cuenta de la Embajada española.

Cuando hayamos presentado toda esta información y confirmado que los datos que la Embajada dispone nuestro hijo son correctos, se enviarán desde el Consulado y nosotros recibiremos, aproximadamente un mes después, la confirmación de que se remite el pasaporte de nuevo al Consulado, con quien habremos de ponernos de nuevo en contacto para concertar una cita e ir a recogerlo.

Para más información, os recomiendo visitar directamente el apartado dedicado a este tema en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Otras elecciones

Hace un par de días me llegó una carta con la información relativa a las próximas elecciones para la Arbeiterkammer de Salzburgo, que se podría traducir por cámara de trabajo o de los trabajadores, y que sirve para consultar una gran variedad de temas relativos al mundo laboral; a continuación un par de ejemplos sacados de su propia web:

El caso es que entre el 26 de enero y el 8 de febrero, quienes tengamos nuestra residencia en el Bundesland (estado / provincia) de Salzburgo tenemos derecho a decidir entre varios grupos, y después depositar nuestro voto en una urna los días indicados o bien enviar nuestra papeleta por correo.

Yo, como soy así y me gusta probar distintas opciones, y también porque tengo un buzón en la acera de enfrente, voy a optar por el voto por correo.

La suerte es que en los documentos que nos han enviado está todo muy claro:

Y, además, ya viene incluido el sobre que hay que mandar:

La mayor dificultad que le encuentro a este proceso está relacionada con mi falta total de interés por la política de este país, así que antes de votar tendré que informarme de quién es cada uno y qué es lo que propone.

Pero, como decía, hasta el ocho de febrero aún tengo tiempo.

Vamos al cole

Una vez os hablé un poco por encima del sistema educativo austriaco. Pues ya que nos encontramos en el paso de la guardería a primaria, os voy a contar un poco cómo funciona ese proceso.

En el mes de octubre recibimos por parte de la guardería la información relativa a la inscripción en el colegio, que consta de varias partes. Primero, tuvimos que concertar una cita con la directora del colegio del pueblo, con la intención de presentar al niño, entregar una serie de formularios y hablar unos diez minutos. Los formularios, si a alguien le interesa, ya nos los habían hecho llegar a través de la guardería, e incluyen cosas como nombre y apellidos, trabajo de los padres, datos de contacto evidentemente, consentimiento para darles una pastilla en el colegio en caso de catástrofe nuclear, lo típico. Esto último es cierto.

El siguiente paso tendrá lugar en el mes de febrero. En un determinado día, la guardería lleva a todos los niños mayores al colegio, y allí pasan alrededor de dos horas haciendo no sé exactamente qué en grupo. Y otro día distinto, por la tarde, tenemos que llevar los padres a los niños otra vez al colegio, siguiendo una lista que nos han ofrecido, a que hagan un test de forma individual que dura alrededor de cuarenta minutos.

Decidme lo que queráis, a mí ese test me parece una crueldad. No por las actividades que tienen que hacer en sí, ya que son cosas que se supone que tienen que saber antes de empezar el colegio, sino porque, en el fondo, sirve para descartar: aquellos que no cumplen con el estándar que se espera de ellos (en febrero, siete meses antes de empezar el colegio), se derivan a la Vorschule que ya os contaba en su día. Esa Vorschule se hace también en el mismo colegio y, en el caso de este pueblo, en la misma clase que el resto de niños, ya que no son tantos como para hacer una clase extra. Lo cual no está tan mal. Lo que me parece cruel es clasificar las aptitudes de esos niños tan pronto y ya con la idea de fondo de que algunos de ellos no van a lograr completar el primer curso, y por lo tanto necesitan un año extra. ¿Qué necesidad tienen niños de 6 años de demostrar cierto tipo de cosas? ¿No estamos aburridos de escuchar que cada niño aprende a su ritmo, que debemos dejarles tiempo… pero a la hora de entrar al colegio, o saben hacer algo o necesitan automáticamente otro año más?

En fin, no me quiero extender porque este tema me daría para una entrada entera, ya que yo personalmente tengo sentimientos encontrados respecto a este sistema.

Cómo se procede después de ese proceso es algo que os podré contar cuando superemos (o no) el «test de madurez» como lo hacen llamar.

Hay padres que deciden llevar a sus hijos a colegios privados o de integración; en cualquiera de esos casos, somos nosotros los que tenemos que informarnos con la suficiente antelación y contactar directamente con el susodicho colegio para seguir sus trámites. Recalco lo de la antelación, ya que determinados colegios tienen una muy larga lista de espera, y a veces hay que hacer la inscripción más de un año antes de que el niño vaya a empezar el primer curso.

En cualquiera de los casos, la directora del colegio nos dijo que normalmente los padres nos preocupamos por este proceso y por ese test bastante más de lo que realmente sería necesario. A lo mejor tiene razón. A Monete, por ahora, le importa bastante poco toda esta historia, así que lo único que nos queda por hacer es esperar…

Nueva ley para votar desde el extranjero

Hace ya un tiempo expliqué detenidamente cómo votar en las elecciones españolas si se está viviendo en Austria. Pues los residentes en el extranjero estamos de enhorabuena, ya que desde septiembre de 2022 existe una nueva ley que suprime el voto rogado; es decir, los españoles que no vivimos en España ya no tenemos que solicitar el envío de la documentación electoral como os conté en su momento, sino que ahora recibimos directamente un sobre como éste:

… en el que se incluyen los siguientes documentos:

Es decir, que el procedimiento es el mismo de siempre, con la diferencia de que ahora nos llega la documentación de forma automática, siempre y cuando estemos dados de alta en el registro de ciudadanos residentes en el extranjero.

Por lo demás, hay poco nuevo que añadir, pero si alguien aún tiene dudas o es la primera vez que se enfrenta a este trámite, en el resto de entradas que ya he publicado sobre el tema se pueden encontrar todos los detalles:

Y ahora que es más sencillo conseguir la documentación y votar, yo espero que se nos tenga más en cuenta cuando se produzcan nuevas elecciones y que quienes residen en cualquier país que no sea España aprovechen la ocasión para ejercer su derecho a voto.

La embajada de España en Austria

Si hace unos días os enseñaba dónde se encuentra el Consulado español en Salzburgo, hoy os quiero mostrar la Embajada española en Viena, por si alguien no la conoce o tiene que ir por primera vez y quiere ver una foto del edificio. Sería esta:

En un día de lluvia, aunque también luce el sol a su alrededor.

Se encuentra en la Argentinierstrasse 34, 1040 Viena y, lo bueno de este lugar es que, para aquellos que no residimos en Viena, existe la opción de desplazarse hasta allí tanto empleando el transporte público como un vehículo privado, ya que bajando esa misma calle, a mano derecha, hay un parking cubierto – si es que no quedan aparcamientos libres en la propia calle.

Para llegar allí mediante el transporte público, la web de la Embajda hace la siguiente recomendación:

  • Metro:  línea U1 (paradas «Taubstummengasse» o «Südtiroler Platz»)
  • Autobús: línea 13A (parada «Belvederegasse» o «Argentinierstrasse»)
  • Tranvía: línea D (parada «Schloss Belvedere»)
  • Tren​: parada «Südtiroler Platz» o «Südbahnhof» (actual «Hauptbahnhof»)​

Es importante averiguar en primer lugar si, para llevar a cabo el trámite que requerimos, se puede acudir sin cita previa o si, por el contrario, es preciso reservar una cita. No vayamos a darnos el paseo o viaje en balde.

¿Y cuál es la diferencia entre Embajada y Consulado? La Embajada es el organismo de máxima autoridad de un país en otro Estado. Ejerce funciones diplomáticas y de representación, además de llevar a cabo determinados trámites para los ciudadanos que tienen ese país de origen. Si bien suele ser común que sólo exista una Embajada en cada país, puede haber varios consulados repartidos en distintas regiones, y éstos desempeñan otro tipo de funciones de asistencia y atención, además del trámite de otra clase de documentos.

Si alguien desea añadir algún otro dato o curiosidad sobre la Embajada, ¡le invito a hacerlo bajo estas líneas!

El consulado honorario de España en Salzburgo

Hace unos años os contaba que el consulado español se encontraba en un club de golf en medio de un campo en una localidad llamada Henndorf. Pues bien, la por aquél entonces mujer encargada de estas labores se retiró a mediados de 2018 del servicio a nuestra patria y dio paso a la nueva cónsul honoraria, Doña Ana de Timoteo, una mujer encantadora que, además, nos ha acercado los trámites a todos al trasladar la sede del Consulado a la ciudad de Salzburgo.

Ésta se localiza ahora en la Erzabt-Klotz-Straße 21A y ofrece la ventaja de poder llegar allí a través del transporte público o, si se prefiere o requiere, también en coche, ya que dispone de un aparcamiento para visitantes al lado del edificio. Podéis observar el aspecto que tiene el mismo bajo estas líneas.

Para obtener más información relativa a los datos y la forma de contactar con el Consulado, os dejo aquí el enlace del Ministerio de Asuntos exteriores.

Algunos de los trámites que se pueden realizar aquí os los he ido contando a lo largo de varias entradas. No obstante, os recomiendo consultar este último enlace para obtener toda la información actualizada que existe sobre el tema.

¡Feliz feliz aniversario!

Justo hoy hace dos años que me casé. ¡Ah! ¡Espera! Que nunca llegué a escribir sobre aquello… Pues habrá que retroceder un poco en el tiempo…

Allá por el año 2019, en una acción bastante poco impresionante y carente por completo de romanticismo, pero no por ello falta de sorpresa, el Cocinero alemán me preguntó si quería casarme con él. Mi respuesta fue: «pero no quiero una boda grande».

Pasaron los meses y comenzamos a organizar cosas. Yo me apunté a esa web donde te recuerda cada día cuánto queda para la gran fecha, cuándo hay que reservar cada cosa, etc., y nos dedicamos a escribir una lista de invitados que no paraba de crecer y crecer.

En el camino de esa aventura nos topamos con la burocracia, esa vieja conocida mía. Nuestra idea original era casarnos por lo grande en septiembre de 2020, y la boda civil queríamos hacerla antes de esa fecha, nos daba igual que fuera un día o un mes antes… Simplemente, cuando estuviera el papeleo preparado. Ahora bien, en ningún caso con una diferencia mayor de seis meses entre ambas fechas, porque, si no, la documentación pierde su validez. Así que en enero nos pusimos a ello.

La funcionaria de nuestro ayuntamiento nos ayudó en todo el proceso. Lo que a nosotros nos pidió fue lo siguiente:

  • Documento de identidad. Ella nos hizo las copias correspondientes, pero a lo mejor hay quienes no tienen tiempo o ganas, por lo que siempre es aconsejable llevarlas, por si acaso.
  • Meldezettel de ambos, para comprobar nuestro lugar de residencia.
  • Certificado de nacimiento, que en mi caso tuve que mandar traducir (con traducción jurada) por aquello del idioma, aparte de presentar también el original, a pesar de que ella no entendía nada.
  • La llamada Ehefähigkeitsurkunde, o, como se llama en España, certificado de capacidad matrimonial, que sirve para demostrar que se está soltero y por lo tanto se puede uno casar.

Este último punto fue en un caso fácil y en el otro más complicado. A la hora de obtener la documentación del Cocinero alemán, la funcionaria se encargó personalmente de ello, dado que entre las administraciones de estos dos países existen acuerdos para ello. En el caso español, nos costó un poco más…

Primero tuve que informarme a través de la Embajada de España en Viena sobre cuáles eran los pasos a seguir. El primero de todos ellos fue tramitar la solicitud del certificado de capacidad matrimonial, para lo cual es necesario rellenar un formulario que se puede descargar en este enlace, y al cual hay que acompañar de una serie de documentación, básicamente la misma que me pidieron en mi ayuntamiento. Todo ello se remite por correo electrónico y, si no falta ningún documento, se tardan aproximadamente ocho semanas hasta que se puede dar el siguiente paso.

En nuestro caso, ese trámite se alargó algo más de la cuenta, ya que en esa fecha comenzó el confinamiento debido al coronavirus, y como el mundo entero se paró, así también lo hizo nuestra solicitud.

En el mes de mayo recibimos por fin confirmación de que todo estaba en orden y, por lo tanto, podíamos concertar una cita presencial en la Embajada para ratificar nuestra solicitud y presentar los originales de los documentos enviados previamente.

Ya había oído a algunas personas comentar que dicha entrevista se hacía a ambos contrayentes por separado, como en las películas, para comprobar que no se trata de un matrimonio de conveniencia. En nuestro caso, las tres horas de viaje hasta allí (más las otras tres de vuelta) se redujeron a una entrevista conjunta de media hora de duración; ya que habían visto que llevábamos años compartiendo dirección y, además, hay un retoño en común.

Nos dijeron, también, que teníamos que dejar pasar creo que 48 horas o algo así (del tiempo exacto ya no me acuerdo bien), en el cual se haría pública nuestra intención de casarnos, en caso de que alguien tuviera algo que objetar en contra de ese matrimonio. Y, después, si no había quejas, ya recibiríamos mi certificado, que nuestro ayuntamiento aún seguía necesitando.

Con todo esto llegamos ya al mes de junio y solamente teníamos hasta primeros de julio si queríamos hacer la boda civil antes de que acabaran los seis meses de plazo. De lo contrario, habría que repetir todo el proceso desde el principio, visita a la Embajada incluida.

A últimos de junio por fin recibimos toda la documentación, y acordamos una cita para la boda con la funcionaria: el siguiente sábado, que era el último de mes, y que cayó en tal día como hoy. Es decir, no elegimos la fecha para conmemorar algo especial, sino porque era la última opción que nos quedaba.

A pesar de que fue una boda en la que solamente estuvimos nosotros tres presentes más dos amigos, yo me quise atener a la regla esa que cuentan por ahí y llevé algo nuevo (los zapatos, que en teoría iban a ser para la boda grande), algo viejo (el vestido, que ya había intentado usar sin éxito para dos bodas anteriores), algo azul (las uñas de los pies, ya que el vestido era verde y no conjuntaba muy bien) y algo prestado (la pulsera de una amiga). Yo lloré, como me pasa en todas las bodas, firmamos, nos fuimos a comer y a las dos estábamos de vuelta en casa para la siesta de Monete.

A la Embajada tuvimos que enviar posteriormente una copia del certificado de matrimonio y el libro de familia que ya teníamos para que inscribieran el acontecimiento.

Y esto fue todo en realidad. La boda grande la tuvimos que aplazar, ya que por motivos sanitarios no podían hacerse grandes celebraciones… Y al año siguiente cuando parecía que la cosa iba algo mejor resultó que no lo era del todo y, ante varias bajas importantes y algo de inseguridad respecto a las medidas sanitarias, decidimos dejarlo como estaba. Y no, ya no va a haber boda grande, porque a mí, después de dos intentos, ya no me apetece volver a empezar con los preparativos y porque, aunque no pudiera venir nadie de la familia por lo precipitado de la fecha, en realidad tuve la boda pequeña que yo quería.

Fin.

PD. Si alguien necesita información más oficial que la que yo pueda aportar, aquí está todo incluido.

La declaración de la renta en Austria: preguntas frecuentes

Me he decidido a escribir esta entrada para completar todas las anteriores que ya he escrito sobre este tema para tratar de responder a esas preguntas que me vais haciendo con el paso del tiempo, muchas de las cuales pueden tener algo de interés general. Así que, con vuestro permiso, iré añadiendo paulatinamente cada vez más información aquí.

Si hay algo que no encontráis más abajo, podéis buscar más información en el resto de entradas que ya hay en este blog sobre la declaración de la renta, escribir un comentario o mandarme un email.

¿Cuándo puedo hacer y presentar mi declaración de la renta?

En Austria existe un plazo de 5 años para realizar nuestra declaración de la renta. Es decir, si quiero presentar la declaración del año 2021, tengo de plazo para hacerlo hasta 2026. Yo, personalmente, suelo recomendar realizar este trámite el primer año en que se abre el plazo; así lo dejamos hecho y no corremos el riesgo de que se nos olvide o se nos pierda algún documento importante.

Con respecto a la época del año en que se puede hacer, en Austria no hay una fecha a partir de la cuál hacerlo, al igual que ocurre en España; si bien es cierto que las empresas tienen de plazo hasta finales de febrero para entregar a la administración la información relativa a las nóminas de los trabajadores. Por ello mismo, si comenzáis a rellenar el formulario en enero o febrero, es posible que la web no os deje hacer el cálculo real completo. Sí os va a permitir enviar la declaración, pero no sabréis si sale a abonar o a devolver.

Si la declaración de la renta me sale a devolver, ¿cuándo me ingresarán el dinero en mi cuenta?

La administración de hacienda dispone de un plazo de hasta seis meses para abonar el importe de la declaración, aunque hay casos en que tardan unos pocos días o dos semanas en empezara a hacer los primeros ingresos.

¿Puedo indicar un número de cuenta que no sea austriaco para que me devuelvan lo que me corresponde?

SÍ. Tras mucho tiempo indagando sin poder encontrar esta información, he descubierto que si seguís la siguiente ruta (una vez ya estáis dentro de la web FinanzOnline y habéis introducido vuestros datos):

Startseite – Grunddaten (abajo a la derecha) – Ändern – Bankverbindung Ausland

Precisamente ahí podéis introducir los datos de un banco que no sea austriaco. Adjunto un pantallazo para que podáis orientaros:

Respecto a si os ponen algún problema al indicar esta información o, más importante aún, cuánto pueden tardar en devolveros vuestro dinero tratándose de una cuenta bancaria de otro país, siento no disponer de más información por ahora. Pero si alguien lo sabe por experiencia, le animo a que deje un comentario para ayudarnos.