Cómo tramitar y renovar el DNI de mi hijo español estando en Austria

Para poder realizar este trámite es importante que el niño ya esté inscrito en el registro de residentes de la Embajada; si se tratara de un caso urgente tipo «hemos perdido / nos han robado la documentación del menor y no podemos volver de nuestro viaje» o algo así, yo recomendaría contactar con la policía y con la embajada (o consulado, en su caso) directamente.

Bien, dicho esto es preciso aclarar que los niños de hasta 12 años pueden llevar a cabo este trámite en el Consulado; para niños que superen esa edad y adultos será preciso acudir a la Embajada, pero eso es algo de lo que ya he hablado en otro lugar.

Lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con el Consulado o Embajada (dependiendo de la edad del menor y de qué nos quede más cerca) para concertar una cita. Si vamos a acudir al Consulado, será necesario comunicar esta decisión igualmente a la Embajada, para que remitan el expediente correspondiente al Consulado y que desde allí puedan llevar a cabo el trámite.

Una vez iniciado el proceso, debemos reunir y aportar los siguientes documentos cuando acudamos a nuestra cita:

  • Dos copias del consentimiento para la expedición del pasaporte de un menor, cada una de ellas rellenada y firmada por uno de los progenitores.
  • DNI o pasaporte en original y fotocopia. Yo suelo llevar la fotocopia de los documentos de nosotros tres.
  • Una foto del menor.
  • Fotocopia del resguardo de pago del pasaporte a nombre y cuenta de la Embajada española.

Cuando hayamos presentado toda esta información y confirmado que los datos que la Embajada dispone nuestro hijo son correctos, se enviarán desde el Consulado y nosotros recibiremos, aproximadamente un mes después, la confirmación de que se remite el pasaporte de nuevo al Consulado, con quien habremos de ponernos de nuevo en contacto para concertar una cita e ir a recogerlo.

Para más información, os recomiendo visitar directamente el apartado dedicado a este tema en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Nueva ley para votar desde el extranjero

Hace ya un tiempo expliqué detenidamente cómo votar en las elecciones españolas si se está viviendo en Austria. Pues los residentes en el extranjero estamos de enhorabuena, ya que desde septiembre de 2022 existe una nueva ley que suprime el voto rogado; es decir, los españoles que no vivimos en España ya no tenemos que solicitar el envío de la documentación electoral como os conté en su momento, sino que ahora recibimos directamente un sobre como éste:

… en el que se incluyen los siguientes documentos:

Es decir, que el procedimiento es el mismo de siempre, con la diferencia de que ahora nos llega la documentación de forma automática, siempre y cuando estemos dados de alta en el registro de ciudadanos residentes en el extranjero.

Por lo demás, hay poco nuevo que añadir, pero si alguien aún tiene dudas o es la primera vez que se enfrenta a este trámite, en el resto de entradas que ya he publicado sobre el tema se pueden encontrar todos los detalles:

Y ahora que es más sencillo conseguir la documentación y votar, yo espero que se nos tenga más en cuenta cuando se produzcan nuevas elecciones y que quienes residen en cualquier país que no sea España aprovechen la ocasión para ejercer su derecho a voto.

¡Feliz feliz aniversario!

Justo hoy hace dos años que me casé. ¡Ah! ¡Espera! Que nunca llegué a escribir sobre aquello… Pues habrá que retroceder un poco en el tiempo…

Allá por el año 2019, en una acción bastante poco impresionante y carente por completo de romanticismo, pero no por ello falta de sorpresa, el Cocinero alemán me preguntó si quería casarme con él. Mi respuesta fue: «pero no quiero una boda grande».

Pasaron los meses y comenzamos a organizar cosas. Yo me apunté a esa web donde te recuerda cada día cuánto queda para la gran fecha, cuándo hay que reservar cada cosa, etc., y nos dedicamos a escribir una lista de invitados que no paraba de crecer y crecer.

En el camino de esa aventura nos topamos con la burocracia, esa vieja conocida mía. Nuestra idea original era casarnos por lo grande en septiembre de 2020, y la boda civil queríamos hacerla antes de esa fecha, nos daba igual que fuera un día o un mes antes… Simplemente, cuando estuviera el papeleo preparado. Ahora bien, en ningún caso con una diferencia mayor de seis meses entre ambas fechas, porque, si no, la documentación pierde su validez. Así que en enero nos pusimos a ello.

La funcionaria de nuestro ayuntamiento nos ayudó en todo el proceso. Lo que a nosotros nos pidió fue lo siguiente:

  • Documento de identidad. Ella nos hizo las copias correspondientes, pero a lo mejor hay quienes no tienen tiempo o ganas, por lo que siempre es aconsejable llevarlas, por si acaso.
  • Meldezettel de ambos, para comprobar nuestro lugar de residencia.
  • Certificado de nacimiento, que en mi caso tuve que mandar traducir (con traducción jurada) por aquello del idioma, aparte de presentar también el original, a pesar de que ella no entendía nada.
  • La llamada Ehefähigkeitsurkunde, o, como se llama en España, certificado de capacidad matrimonial, que sirve para demostrar que se está soltero y por lo tanto se puede uno casar.

Este último punto fue en un caso fácil y en el otro más complicado. A la hora de obtener la documentación del Cocinero alemán, la funcionaria se encargó personalmente de ello, dado que entre las administraciones de estos dos países existen acuerdos para ello. En el caso español, nos costó un poco más…

Primero tuve que informarme a través de la Embajada de España en Viena sobre cuáles eran los pasos a seguir. El primero de todos ellos fue tramitar la solicitud del certificado de capacidad matrimonial, para lo cual es necesario rellenar un formulario que se puede descargar en este enlace, y al cual hay que acompañar de una serie de documentación, básicamente la misma que me pidieron en mi ayuntamiento. Todo ello se remite por correo electrónico y, si no falta ningún documento, se tardan aproximadamente ocho semanas hasta que se puede dar el siguiente paso.

En nuestro caso, ese trámite se alargó algo más de la cuenta, ya que en esa fecha comenzó el confinamiento debido al coronavirus, y como el mundo entero se paró, así también lo hizo nuestra solicitud.

En el mes de mayo recibimos por fin confirmación de que todo estaba en orden y, por lo tanto, podíamos concertar una cita presencial en la Embajada para ratificar nuestra solicitud y presentar los originales de los documentos enviados previamente.

Ya había oído a algunas personas comentar que dicha entrevista se hacía a ambos contrayentes por separado, como en las películas, para comprobar que no se trata de un matrimonio de conveniencia. En nuestro caso, las tres horas de viaje hasta allí (más las otras tres de vuelta) se redujeron a una entrevista conjunta de media hora de duración; ya que habían visto que llevábamos años compartiendo dirección y, además, hay un retoño en común.

Nos dijeron, también, que teníamos que dejar pasar creo que 48 horas o algo así (del tiempo exacto ya no me acuerdo bien), en el cual se haría pública nuestra intención de casarnos, en caso de que alguien tuviera algo que objetar en contra de ese matrimonio. Y, después, si no había quejas, ya recibiríamos mi certificado, que nuestro ayuntamiento aún seguía necesitando.

Con todo esto llegamos ya al mes de junio y solamente teníamos hasta primeros de julio si queríamos hacer la boda civil antes de que acabaran los seis meses de plazo. De lo contrario, habría que repetir todo el proceso desde el principio, visita a la Embajada incluida.

A últimos de junio por fin recibimos toda la documentación, y acordamos una cita para la boda con la funcionaria: el siguiente sábado, que era el último de mes, y que cayó en tal día como hoy. Es decir, no elegimos la fecha para conmemorar algo especial, sino porque era la última opción que nos quedaba.

A pesar de que fue una boda en la que solamente estuvimos nosotros tres presentes más dos amigos, yo me quise atener a la regla esa que cuentan por ahí y llevé algo nuevo (los zapatos, que en teoría iban a ser para la boda grande), algo viejo (el vestido, que ya había intentado usar sin éxito para dos bodas anteriores), algo azul (las uñas de los pies, ya que el vestido era verde y no conjuntaba muy bien) y algo prestado (la pulsera de una amiga). Yo lloré, como me pasa en todas las bodas, firmamos, nos fuimos a comer y a las dos estábamos de vuelta en casa para la siesta de Monete.

A la Embajada tuvimos que enviar posteriormente una copia del certificado de matrimonio y el libro de familia que ya teníamos para que inscribieran el acontecimiento.

Y esto fue todo en realidad. La boda grande la tuvimos que aplazar, ya que por motivos sanitarios no podían hacerse grandes celebraciones… Y al año siguiente cuando parecía que la cosa iba algo mejor resultó que no lo era del todo y, ante varias bajas importantes y algo de inseguridad respecto a las medidas sanitarias, decidimos dejarlo como estaba. Y no, ya no va a haber boda grande, porque a mí, después de dos intentos, ya no me apetece volver a empezar con los preparativos y porque, aunque no pudiera venir nadie de la familia por lo precipitado de la fecha, en realidad tuve la boda pequeña que yo quería.

Fin.

PD. Si alguien necesita información más oficial que la que yo pueda aportar, aquí está todo incluido.

Cómo votar en las elecciones generales españolas de 2019 desde Austria (3)

Y por fin llega la hora de entregar nuestro voto. Podemos hacerlo o bien yendo en persona al Consulado o Embajada en los días dispuestos para ello o bien enviar nuestro voto por correo certificado – esto es importante, ya que de esta manera aparece la fecha en que enviamos nuestra carta, que es la que vale a la hora de que se contabilice nuestro voto.

Puesto que yo esta vez también he tenido que optar por enviar el voto por correo, os recuerdo cómo se hace:

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Cómo votar en las elecciones generales españolas de 2019 desde Austria (2)

Esta semana me ha llegado la carta certificada (de esas que tienes que firmar para que te la entreguen) con toda la documentación para poder votar en las elecciones a Cortes Generales de la semana que viene. Y yo me pregunto: si estando en Austria y las cartas desde Madrid suelen tardar una media de (como mucho) 5 días laborables en llegar, ¿le llegará todo esto a tiempo a un español que viva en un pueblo remoto de Vietnam, por ejemplo? En fin… Cosas de la burocracia.

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Cómo votar en las elecciones generales españolas de 2019 desde Austria (1)

Como decía ayer mismo, estando en Austria puedo elegir al alcalde del pueblo en el que vivo pero también tengo derecho a elegir a los representantes de las Cortes españolas, aunque ya no viva allí. ¿Y qué mejor momento que éste para recordar cuáles son los trámites que debemos realizar desde el extranjero para poder votar?

Cuando tuvieron lugar las elecciones de 2016 os conté aquí mismo todos los pasos que debían llevarse a cabo para poder ejercer nuestro derecho a voto, empezando por saber si estoy de paso o resido en el extranjero y cómo proceder en cada caso.

En esta ocasión quiero presentaros cada uno de los pasos por separado, para no alargar la lectura y para poder ir avanzando poco a poco sin esperar hasta última hora.

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Cómo renovar mi pasaporte español en Austria

Con el fin de evitar que tengáis una mala experiencia como la que os contaba yo ayer, y a pesar de no poder influir en el buen o mal humor de los funcionarios correspondientes, hoy os quiero explicar qué se debe hacer para poder renovar el pasaporte español cuando se está en Austria. Sigue leyendo

La excursión del mes. Junio de 2017

Un viaje en coche desde Salzburgo hasta Viena tiene una duración de unas tres horas. El viaje en sí, siendo copiloto, no se hace excesivamente largo. Lo malo es que lo único que se puede ver por la ventanilla son árboles, más árboles y algún que otro cartel que indica la ciudad más cercana a la próxima salida de la autopista.

A lo largo de una semana estuve emocionándome con la idea de ir a Viena por tercera vez. El motivo de la visita iba a ser, esta vez, renovar por fin mi pasaporte, que había caducado en el mes de febrero y que por pura pereza llevaba aún de esa guisa en el bolso. Diré que esa pereza se debe a esas tres horas de camino (sólo de ida) que necesito para ir desde aquí hasta la embajada española en Viena…

Bien, en cualquier caso, un día me animé, recorrimos esa distancia y allí me planté Sigue leyendo