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Munich bajo la lluvia

Hace ya algún tiempo, unos cuantos meses diría yo, me preguntó un día el Cocinero alemán: ¿te importa si esta tarde me voy a Munich a ver un partido de fútbol? Y yo le respondí: «pues lo cierto es que sí, sobre todo si no me llevas contigo para poder ver la ciudad por mi cuenta». Intentó convencerme de que me apuntara al partido con él y sus amigos, pero la idea de pasear sola por Munich, esa ciudad que tengo tan cerca pero que aún no había visitado nunca, me atraía demasiado como para dejarme engañar.

Por aquel entonces, una compañera de la escuela de idiomas estaba viviendo por allí. Mi plan, obviamente, incluía verla en algún momento de la tarde, pero como yo iba a llegar allí bastante antes de que ella terminara de trabajar, me organizó una ruta muy sencilla, asequible (porque no dura demasiado) e interesantísima, así que os la reproduzco aquí.

El tren que nos llevó a Munich llegó alrededor de las 17:00 horas. En la estación central de trenes de Munich me separé de los chicos y, para evitar perder el tiempo como me pasó la primera vez que fui a Salzburgo, me compré un plano de la ciudad. Nada de guías, en este caso iba relativamente más a la aventura, a seguir las indicaciones de esta compañera. No quisiera hacer publicidad de ninguna marca, pero hay una que a mí me gusta bastante desde que llegué aquí, así que os dejo el enlace de su web.

Y ahora la ruta:

1. Desde la estación Hauptbahnhof (= estación central) se coge la línea U1 o la línea U2 de metro hasta Sendlinger Tor, y desde allí la línea U3 o la U6 hasta la parada de Universität. La recomendación de mi amiga fue viajar con el U-Bahn y no con el S-Bahn porque tendría que haber pagado dos billetes diferentes; aunque como viajé con una especie de billete diario llamado Bayern Ticket, me habría servido igualmente. No pasa nada, yo me ceñí al plan.

2. Al llegar a mi parada de destino e intentar salir a la calle, encontré dos pasillos. Decidí probar y salir por el que va hacia la derecha, y en la calle me encontré con esto:

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Siegestor (= puerta de la victoria) vista desde atrás.

Lo cual, visto de frente, tiene este aspecto:

Siegestor.

Siegestor.

3. Desde allí guié mis pasos hacia la izquierda, es decir, dejando la parte posterior de la Siegestor detrás de mí, y traté de buscar el Englischer Garten (= jardín inglés), que se encuentra en la parte de la izquierda bajando por dicha calle. Sin embargo, como ya era de noche y estaba lloviendo, me abstuve de entrar en él ya que, como de costumbre por estas regiones de Europa,en Munich parece que también son aficionados a ahorrar en farolas y una puede ser aventurera pero no tanto. Si hubiera entrado, habría encontrado la llamada Torre China y el Eisbach, una zona del río en la que la gente practica surf. Peeeero. Tendré que ir cuando luzca el sol y pueda pasear en manga corta. Excusa tonta pero útil.
4. Siguiendo por las calles Leopoldstrasse y Ludwigstrasse, llegué a un punto llamado Odeonplatz (donde el único idioma que escuché fue el castellano) en el que la calle se bifurca. El aspecto que tiene es más o menos este:

Feldherrnhalle en Odeonsplatz.

La Feldherrnhalle es el monumento que parte las dos calles; yo opté por caminar por el lado de la izquierda (Residenzstrasse) porque es ahí donde se encuentran las tiendas caras y la plaza de la ópera. Las siguientes imágenes no se van a ver todo lo bien que deberían; pero si pensáis que me he convertido en pintora impresionista seguro que os resultan hasta interesantes:

5. De allí seguí bajando en línea recta hasta Marienplatz, que es donde se encuentra el ayuntamiento:

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Ayuntamiento.

Y cuando llegué a esta plaza di una vuelta por las calles de alrededor, compré un par de imanes para la nevera (como hago casi siempre), descubrí por casualidad tiendas que ya había visto en otras grandes capitales…

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Tienda de barrio normal y corriente.

Lo típico. Y cuando ya casi estaba al borde de la congelación, apareció mi amiga para rescatarme de la fría noche muniquesa y pudimos sentarnos en un sitio cerrado a comer algo hasta que los chicos terminaron de ver el partido.

Prometo realizar una nueva visita de reconocimiento simplemente para poder mostraros otras fotos, y no porque a mí me interese especialmente visitar una de las ciudades más bonitas que he visto en los últimos tiempos. Todo sea por mis lectores.

5 comentarios en “Munich bajo la lluvia

  1. Rosa dijo:

    Jo Maria que bonito, tienes que volver de dia porque el ayuntamiento por dentro es precioso tiene unas vidrieras…y ademas el reloj es un carrillon y a determinados horas lo ponen a funcionar. Dale un beso muy gordo a la compi cuando la vuelvas a ver y por supuesto otro para ti.Eres una magnifica reportera de viajes….

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    • ¡Mil gracias Rosa! Ya digo que desde luego las fotos no son las mejores que he hecho en mi vida, pero me alegra que te haya gustado leerme 🙂 Volveré, tranquila, y contaré lo del carrillón. ¡Mil besos!

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  2. Mamen dijo:

    Muy bonito el viaje María.Lo que hay que hacer es volver de nuevo todas juntas a ver esas maravillosas vidrieras y de paso nos tomamos un Apfelstrudel. Besos

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    • Uy pues yo encantadísima de la vida, ya lo sabes. Aquí os espero con los brazos bien abiertos. Pero venid unos cuantos días, que sino no me cunde el tiempo para veros. ¡Si es que se os echa de menos a las dos maja! Muchos besos preciosa!

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