Escuela oficial de idiomas

Hablando de todo un poco, me gustaría en esta ocasión hablar de cómo he aprendido yo alemán, para aquel que no lo sepa o no lo haya intuido a partir de lo que llevo escrito hasta ahora.

En 2009 terminé la carrera y pensé: ¿qué estudio ahora? El máster que yo quería estudiar por entonces me resultaba algo caro, así que espere un año para ello. Pero no iba a estar un año cruzada de brazos, evidentemente. En lo que respecta a los idiomas, ya había llegado hasta donde yo quería con el inglés, así que, ¿por qué no otro? Mi primera opción fue la escuela oficial de idiomas; primero, porque ya había tenido experiencias en escuelas privadas o semiprivadas y no me interesaba repetir aquello; y segundo, porque la relación calidad-precio es prácticamente inmejorable.

Entre abril y mayo me preinscribí en dos escuelas distintas en dos idiomas diferentes. Insisto primero en las fechas porque, por alguna extraña razón, todos los años hay alguien que entre julio y octubre me dice que quiere apuntarse a la escuela de idiomas y me pregunta cómo hacerlo: insisto, las preinscripciones, hasta donde yo sé, se hacen entre abril y mayo. Presenté mi solicitud en dos escuelas porque no sabía hasta qué punto podía tener opciones de conseguir plaza en la que está más cerca de mi casa, así que decidí hacer cosas de más, como hago siempre. Y en dos idiomas, por la misma razón: había dejado de estudiar francés allá en mis años mozos, y evidentemente se me había olvidado mucho. Además, este idioma siempre me ha impuesto un relativo respeto, no sé por qué. Ya contaré mi aventura con esta lengua otro día. Por otra parte, el hecho de elegir alemán reside en la existencia de antepasados alemanes en la familia; y por alguna razón que tiene que ver con ello, sentía mucha curiosidad por entender y hablar esta lengua.

Tuve suerte y al final me dieron plaza en alemán en las dos escuelas en las que había presentado mi preinscripción. Por pura vagancia (y cercanía), elegí la escuela de idiomas de Fuenlabrada, y no me arrepiento en absoluto de la elección. En estos cuatro últimos años he tenido tres profesores distintos con los que debo reconocer que he aprendido mucho más de lo esperado (a la vista están los resultados). Y, como ellos no lo van a decir pero tanto yo como mis compañeros estamos de acuerdo en esto: apuntarse a una escuela de idiomas, y a ésta de la que hablo en concreto (que es la que conozco) merece la pena. Sí, las tasas son cada vez más caras. Sí, las becas son cada vez menores. Pero mirad mi ejemplo y el de muchas otras personas y tomadlo como una inversión, porque es lo que es; una inversión para mejorar dentro del trabajo, para encontrar uno mejor o, simplemente, para encontrarlo. Y además, no nos damos cuenta, pero los idiomas nos sirven para muchísimas más cosas de las que podemos pensar.

2 comentarios en “Escuela oficial de idiomas

  1. Mamen dijo:

    Apoyo totalmente tus comentarios. Y no sólo porque te enseñan la lengua en si, sino que te enseñan a disfrutar de las costumbres del país. En estas clases se habla, se escribe, se escucha, se come… el Alemán, en nuestro caso, se aprende a «amar» el idioma y a sus gentes. Y se hacen amigas y amigos muy especiales, como especial es la autora de este blog, para el que no se haya dado cuenta ya. 🙂

    Me gusta

¿Qué te ha parecido esta entrada? Deja aquí tu comentario (tu correo electrónico no será publicado):