Rock am Ring, 3ª parte. Yo quiero tener de todo un poco

Antes de ir al Rock am Ring me volvía loca pensando qué llevar. ¿Permitirán el acceso con bebidas? ¿Me llevo ropa de manga larga o de manga corta? Porque se suele decir que por esas fechas llueve en esa parte del mundo, pero… ¿cuánto? Las botas no pueden faltar, pero he visto que hay quien añade bolsas de basura por encima para… yo qué sé, ¿tal vez para que no entre agua o barro dentro?

Ahora que ya ha pasado todo, puedo decir que hubo cosas que me llevé y no me sirvieron demasiado, y otras que me faltaron y me habría gustado llevar conmigo. ¿Qué se le va a hacer? Me falta experiencia en esto de los festivales… Pero hay gente a la que no. Hoy os voy a hablar de ellos y de algunas otras cuantas cosas más.

Los imprescindibles cuando se va de camping.

La gente a la que conocimos en el camping no fue especialmente simpática, pero me enseñaron qué se puede llevar uno de camping sin tener la sensación de ir cargado en exceso para nada. Ahí va una lista:

• Tiendas de campaña lo suficientemente grandes como para que se dividan en «entrada» y «habitación». !Se acabó eso de dejar los zapatos a la intemperie! Una tienda cuya parte delantera sirva para dejar cosas te saca de muchos apuros, al poder acumular cosas sin que se mojen (si es que llueve) o se abrasen (si es que hace calor).
• Una carpa / refugio / como sea que se llame, a ser posible cerrado por al menos dos de sus partes, a cuyo interior vayan a dar las entradas de las tiendas de campaña que uno lleve consigo, y en cuyo centro se puedan colocar mesas, sillas y cualquier otra cosa que se quiera proteger del sol. No hay nada mejor para sentarse por la tarde sin achicharrarse en el intento.
• Mesas de camping (obviamente).
• Sillas de camping: he descubierto que existen unas sillas plegables que constan de unos cuantos palos metálicos unidos entre sí y una tela que se distribuye de tal manera que se consigue el asiento con respaldo ¡e incluso reposa-brazos! Si, además, en la parte derecha hay un agujero donde poder encajar una lata de bebida, mejor que mejor.
• Duchas portátiles: nada de gastarse dinero en duchas comunes ni en cabinas ni en nada. Son bolsas negras que se llenan de agua, se dejan al sol hasta que se calientan y, una vez alcanzada la temperatura deseada, se engancha una manguera a una boquilla que llevan incluida y ¡ala! ¡a disfrutar de unos chorritos de agua!
• Nevera portátil vs. auto-fabricada. La nevera portátil ya no está de moda. Y si se lleva, mejor comprar para ella hielo seco, que se conserva durante más tiempo y, además, se puede encargar por internet. Cuidado si se juega con él, a mí me ha quedado una pequeña cicatriz en un brazo por dedicarme a hacer el tonto. ¿Pero y si no quiero ir cargado? Me fabrico mi nevera: se coge una pala, se excava un agujero de al menos medio metro de profundidad, se introducen en él bolsas de basura (varias) y en el interior de las mismas se vierte agua. A continuación, se introducen las bebidas o alimentos que se quieran mantener fríos. Se tapa (sin cerrar las bolsas de basura, evidentemente). Et voilà! El agujero del suelo hará que lo que haya introducido en él se conserve a una temperatura inferior a aquella que exista sobre la superficie. (Ruego a mi química particular que nos deleite con una explicación razonable de por qué ocurre esto, si es tan amable).
• Hornillos portátiles o, si se tiene espacio, parrillas para hacer barbacoas, a lo grande.
• Comida: o bien se lleva uno carne y se dedica a hacer barbacoas a diario, o bien se opta por la opción fácil: latas precocinadas que solamente hace falta calentar, etc. Ahora entiendo por qué en todos los foros hablaban de raviolis en lata…
• Latas de cerveza vacías, cinta aislante, alambre y algo para cortar el alambre. ¿Para qué? Pues para pasar el rato fabricando gorritos hechos con las latas de cerveza. En eso se entretuvo el primer día uno de los hombres a los que conocimos, cosa que aprovechó para pasearse por cualquier camping de los alrededores el resto del tiempo proclamándose rey y dejándose hacer fotos con todo el que se lo pedía. Al final se aburrió y lo puso a la venta; no sé si alguien picaría.

Mi pulsera es rosa, ¿y la tuya?

El día en que llegamos vimos que ya había gente haciendo cola para conseguir la pulsera con la que poder acceder al recinto, ya que la entrada no sirve para eso. Es decir, había que enseñar la entrada y, una vez confirmaban que era auténtica y cortaban una parte de la misma, te ponían la pulserita. La nuestra era de color rosa, que era la normal.

Pulsera rosa

Poco después averiguamos que la versión azul era para aquellos que se habían registrado en el Green Camping y acampaban allí. Pero al cabo de los días fui viendo a otras personas con pulseras de color plata, otras verdes, otras más finitas que acompañaban a la de color rosa… ¡Vaya lío! Algunos llevaban pulseras de otros festivales, pero las que se corresponden a éste en particular aparecen explicadas en el blog del Rock am Ring (en alemán).

Merchandising o cómo hacer dinero de la (casi) nada.

Tonta de mí, pensé que bastaba con llevar apuntada la lista de los grupos a los que yo quería ver en el móvil o, mejor dicho, en la App del festival.

Detalle de la App del Rock am Ring

Pero, ¡ay! Ésta no funciona si no se tiene conexión a internet, así que mi gozo en un pozo. Hasta que conseguimos hacernos con una listilla de las que repartían en un puesto de radio dentro del recinto de los conciertos (eso sí, tras haberse apuntado a un sorteo y haber proporcionado los datos de contacto)… Nos ahorramos todo el trámite al llegar cuando el puestecillo ya estaba cerrado; fue el vigilante del mismo el que nos dio su propio plano. Como digo, antes de hacernos con esa lista, y teniendo en cuenta que tampoco llevábamos ninguna impresa, optamos por la opción fácil, que no fue la más económica:

Parte delantera de mi camiseta

Lista de grupos en la parte trasera de la camiseta

Y ahí, detrás de mi espalda, fue donde fuimos buscando el nombre de los grupos que nos interesaban, para luego preguntar al resto del gentío allí congregado a qué hora y dónde tocaba cada uno. La broma… ¿lo digo? costó 25 euros, y no era de lo más caro que había. En mi defensa diré que me llegó regalada.

Cómo llamar la atención para que la cámara te enfoque y te vea todo el mundo.

Ya había leído en alguna parte que era importante llevarse un gorrito colorido, una máscara con forma de cabeza de caballo… ¿para qué? Pues para que las cámaras que iban grabando el concierto para retransmitirlo tanto en las pantallas que había allí mismo como a través de la televisión enfocaran al más rarito del lugar. Algunos ejemplos de los que afortunadamente no tengo foto son:

• Un muchacho vestido completamente de verde; no sé qué grupo le llamó «Grinch» pero a mí me parecía más bien un conejo pintado de color raro.
• Gorritos con cuernos, con banderitas, con orejeras, con formas extrañas. De cualquier clase, forma y tamaño imaginables.
• Disfraces al completo: el Grinch / conejo verde no fue el único que dejó verse por allí, también pasaron los Power Ranger, un montón de conejos de muchos colores, un hombre vestido / desnudo de cintura para arriba como si fuera Rambo, con pistolita de plástico hinchable y balas de plástico alrededor del pecho incluidas, gente llevando en la mano guitarras de plástico (también hinchables) o palos de los que venden en las tiendas de deportes para hacer yo qué sé qué, que levantaban en lo alto y de los cuales sólo se veía la parte superior, decorada en forma de cabeza, con peluquita incluida…
• Gente sentada de repente en el suelo fingiendo que remaba.
• Un chico que iba en bañador subido en una barquita hinchable, que se dejó transportar por encima de las cabezas de los demás asistentes (se le ve en el vídeo de Metallica que os enseñé el otro día).
• Una que se levantó la camiseta y enseñó cómo se ha desarrollado después de que su madre la trajera al mundo.
• Uno que iba sin camiseta pero llevaba un sujetador formado por dos conchas atadas entre sí por cordones. Pudor ante todo.

Y así muchos otros.

Y hablando de llamar (no sé si la atención o llamar simplemente), ¿os acordáis de la famosa Helga a la que os conté que llamaba todo el mundo? Pues hay dos versiones: la primera se remonta a finales de los años 80, en que un hombre perdió a su novia durante un festival y se dedicó a llamarla a gritos. No sé si la encontró, no he leído ni oído nada sobre el tema. La segunda versión es de los años 90 y tiene relación con una disputa por una lata de ravioli… Que cada cual piense lo que quiera; pero al parecer la primera versión es la más aceptada (o la más original para dar una explicación a este extraño fenómeno de la naturaleza).

Y con esto y un bizcocho… ¡Adiós Rock am Ring en Nürburgring! Este ha sido el último año en el que esos dos nombres se unen en tiempo y lugar; a partir de 2015 el circuito de Fórmula 1 acogerá un festival llamado Grüne Hölle, mientras que el Rock am Ring y su organizador (Marek Liederberg) se mudarán a un nuevo recinto, porque al parecer no se han puesto de acuerdo. Sabiendo esto y en respuesta a mis dudas en el momento en que me compré las entradas, yo diría que hice muy, muy bien en conseguirlas. Habrá que ver qué hacen al año que viene y cuál de los dos festivales, que «casualmente» se celebran el mismo fin de semana, gana más adeptos. Y habrá que ver si yo estoy entre ellos.